martes, 8 de octubre de 2013

A LOS PIES DE LA LUNA.




Se torna incandescente
el corazón cárdeno
que arde entre vestigios
de una vez que amó.
En la cima del crepúsculo
se asoma la magia
de una pupila profunda
en caudales de universos
semejando la naciente luna.
Entre estrellas que van en fuga,
arrullando el milagro de la mujer.
Envuelta entre pétalos de plata
y el cintillo de la noche
que la ata al sentimiento.
Cubierta de escarchas y rocíos,
con la piel empapada de amores
y las manos colmadas de besos
yace a los pies de la luna la mujer.
Un sinfín de sinsabores…
Un sinfín de pasiones…
Yace la mujer envuelta
cual si fuera ninfa del bosque
en las horas más profundas
del tiempo vestido de invierno,
y el alma encogida entre abrazos
que en la brisa desaparecen…
Besos que se hunden en el seno
que ha nutrido tanto anhelo,
   que se han perdido en el ocaso
    de un infinito azul perenne.
   Se baña de luna
   impregnando el deseo
   por mil años que han pasado
   y mil más que han de venir.
   La mujer del corazón cárdeno
   y las pupilas profundas
   en el cenit del horizonte
   cabalgando en su unicornio

   nostalgias, versos y pasiones.
   Con el corazón enamorado,
   la piel desnuda,
   y el alma en busca
   de su última ternura…

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